En la era de las redes sociales, los “cibercontactos”, las relaciones comerciales a distancia y la divulgación mediática a través de Internet, resulta sorprendente que no siempre y en todo momento veamos que un usuario 2.0 sigue siendo un usuario, ni cómo una relación construida en un mundo virtual es precisamente igual que las que tenemos en nuestra vida terrenal.
Cuando estás abriendo un negocio y tienes ganas de triunfar en la vida, sales a la calle, organizas todo tipo de eventos que consigan atraer cuantos más clientes del servicio mejor, y si te pones en serio con esto y eres Trending Topic en este género de cuestiones, consigues un seguimiento y cobertura del evento muy superior al que a veces esperas. Como en la vida misma… ¿O es que no se te ha llenado nunca la casa de gente que entraba de forma incontrolada por la puerta sin que los hubieras invitado?
Pues con las redes sociales no es muy diferente: un día te persuaden para darte de alta en Facebook, comienzan a aparecer peticiones de amistad que no sabes realmente bien cómo llegan, hasta que acabas comprendiendo que, buscando amigos de amigos y atendiendo a las sugerencias que la aplicación te lanza, puedes rencontrarte con amistades de la infancia. Te pones al día de sus vidas, “conoces” a sus hijos y mascotas y casi participas en los viajes que hacen en vacaciones, hasta el punto que parece que jamás os habéis separado.
jacquelynmurazik 